miércoles, 30 de junio de 2010

¿Por qué los gansos vuelan en V?




 I Samuel 16:18
“Entonces uno de los criados respondió, diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Beth-lehem, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso, y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová es con él.”

Esta noche te traigo una reflexión y le he puesto por título Por qué los gansos vuelan en v?
Cada aleteo que emiten levanta una ráfaga de viento beneficiosa para el que está a su lado. Es decir, que con su aleteo otros se benefician y permite que avancen.
Los gansos también emiten un sonido que alienta a la avanzada, de manera que los gansos están sirviéndose unos a otros.
¿Qué significa servir? Ser esclavo, pertenecer  totalmente a su amo. Estar obligado  a servir y ministrar.
Nosotros, ¿de quién somos siervos, a quién servimos?
Cuando estábamos en el mundo éramos siervos del pecado, de diferentes  formas de vicios: alcoholismo, drogadicción y diferentes “placeres” que brinda el mundo.
Ahora  somos siervos de justicia. ¡Siervos de Jesús! Amén.
Cuando leemos las epístolas nos percatamos que muchas inician: ‘Yo siervo de Jesucristo.
‘Yo siervo del Señor.’
 ¿Por qué? Porque él fue primero siervo. El pagó un precio de sangre. Él se humilló. Él se despojó de toda su gloria para servir en la tierra.
Quiero recordarles algo hermanos: El que sirve es el más grande.
Nosotros somos siervos de Dios.
Recuerdo que en una ocasión el pastor dijo en una predicación:
“Los siervos de Dios al principio son invisibles. No aplaudidos. El carácter se forma con el anonimato. Los que lo aceptan son más capacitados para manejar el aplauso de la popularidad.”
Cuando Dios va a empezar a formarte ese carácter de siervo tienes que comenzar primero por lo poco. Tienes que comenzar por distintas circunstancias. Dios recompensará en público a quienes desde el anonimato le sirven.
Debemos servirle a Dios, por gracia, porque todas las cosas que hizo para nosotros.
Te invito a que busques Apocalipsis 1:1.
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan.”
¿A quién Jesucristo revela sus cosas? A sus siervos, a quienes servían al Señor, no a quienes estaban estáticos, perplejos.
Nosotros no podemos estar hieráticos. Debemos tratar de avanzar a diario un peldaño.
¿Cómo servir a Dios?
Primero manteniendo la unidad del cuerpo de Cristo.
Yo pongo el ejemplo del cuerpo humano. El ojo no hace la misma función que un brazo, ni una pierna. Cada una tiene su función.
Lo primero que debemos hacer es identificarlo, ¿quién soy?, ¿en qué estoy mejor preparado?
Cuando estaba más pequeña yo me decía. Voy a ser una evangelista, y cuando le ponga la mano a las personas caerán y recibirán sanidad en el nombre de Jesús.
Pero el Señor me dijo: No, tú no vas a ser evangelista. Tú vas a ministrar la alabanza.  Eso era una lucha entre el Señor  yo. Un capricho mío.
Me mandaban a cantar y a mí no me gustaba para nada. Una tarde el pastor fue a mi casa y me dijo: Dice el Señor que en esta hora está poniendo un ministerio de alabanza en Tus manos.
Entonces me dije: Bueno Señor, no es lo que yo quiera, sino tú. Y comprendí que no es lo que a veces nos gusta, es a lo que Dios nos ha llamado. Para eso dice que los constituyó a unos profetas, pastores, maestros, músicos.
Recuerda. Cada miembro en el cuerpo de Cristo tiene una función importante. Cada miembro cuenta.
Cuando dios nos da los dones no es para hacer como el hombre de los talentos, guardarlos, esconderlos. ¡No hermano! Debemos aplicarlos y ponerlos en práctica para otros.
¿Qué son los dones?
Las habilidades específicas que milagrosamente  por gracia Dios da a cada cristiano por medio del Espíritu Santo para beneficio de otros cristianos en la iglesia.
Cuando llenas tu odre, tu copa, tienes que vaciarla y derramar en otros para que el Señor la vuelva a llenar. Si conservas por mucho tiempo ese aceite en tu odre, y no lo usas se echa a perder. Entonces el señor pondrá a otro para que lo ministre.
Pero si usted renueva constantemente ese aceite, siempre tendrá una grata fragancia.  
Si no aplicas y pones en práctica lo que Dios te ha dado, Dios va a levantar a otra persona.
Es tiempo de que te  identifiques.
He visto personas que dicen: ‘yo quiero cantar, danzar’, pero no tienen el don. ¡Amén! Pero usted tiene que concentrase en lo que dios le ha dado, porque en eso Dios sabe que usted se va a desempeñar mejor.
Todo cuanto hacemos es un arte si la hacemos con dedicación y excelencia. Es arte. Nunca debemos menospreciar el talento que Dios ha puesto en  nosotros.
Todo debemos hacerlo con excelencia porque debemos hacerlo para Dios. Debemos mostrarle nuestras cualidades.
No debemos quedarnos sin un lugar.
¡No te quedes en tu lugar!, ¡díselo a tu hermano! Porque por los dones y las artes que Dios te dio, te pedirá cuentas. Te dirá: ¿Qué hiciste con ellos?
Si Dios te dio el don de sanar, de predicar, evangelizar, tocar, ¡úsalo! Hacer un dulce, crear, trabajar con niños… ¡Explótalo!
Hay tanta diversidad de dones y tantas personas estáticas.
Cuando estés en tu casa, solo. Ahí, en el anonimato, Dios te está formando
Cuando el criado habló de David, dijo: “sabe tocar, y es valiente y vigoroso, y hombre de guerra, prudente en sus palabras, y hermoso, y Jehová es con él.”
Ya ahí cambia la cosa. Tú puedes tener un don, un talento, pero si estás frío. Si no estás en la búsqueda de Dios, entonces no sirve de nada.
Muchas personas en el mundo tienen muchos talentos. Músicos espectaculares,  ¿y de qué les sirve?, de nada. Lo principal, que es la relación con Dios, no la tienen.
Debemos ser humildes. Darle el primer lugar a Dios en todas las cosas que hagas y asumas, y él entonces te va a respaldar; y las personas se van a da cuenta.
Usted no va a tener que decir Dios está conmigo. Dios me dio el talento de predicar. Las personas se van a dar cuenta  de lo  que usted tiene, no tendrá que decirlo.
Un siervo debe tener también la unción acompañada de una visión. Acumular y soltar la palabra, predicar el evangelio a toda criatura.
Como cristianos debemos trazarnos un objetivo en los caminos del Señor. Pero tenemos que tener una visión de parte de Dios. Debemos dejarnos guiar por Dios.
El primer mandamiento en la Biblia es claro, amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, mente, alma, fuerza, y a tu prójimo como a ti mismo. Si tú amas a Dios pones lo que él te dio por obra. 
Si tú amas a Dios a ti no hay que obligarle a  hacer nada. Dios no te obliga, Dios es un caballero.
Nuestra voluntad tiene que estar junta con la voluntad de Dios. No dejes que el diablo te ponga cositas en el corazón. Nosotros los cristianos no debemos estar en eso. Hagamos como los gansos. Si mi hermano está decaído, vamos a aletear para que nuestro aleteo, nuestro don, nuestro talento pueda darle ánimo y hacerlo levantar.
Deja que tu don sea el don de Dios. Dios les bendiga en esta noche.
Por Annieris




.




Son tiempos de creerle a Dios.




En 2 de Reyes 6 y 7. Vemos cómo Samaria estaba sitiada, bloqueada, asediada.
“A consecuencia de aquel sitio, hubo una gran hambruna en Samaria; tan duro era, que la cabeza de un asno se vendía por ochenta piezas de plata, y la cuarta parte de un cab de estiércol de palomas por cinco piezas de plata.
Al pasar un día el rey de Israel por el muro, una mujer le gritó:
--Ayúdanos, rey y señor mío.
 El rey respondió:
--Si no te salva Jehová, ¿Con qué te puedo salvar yo? ¿Con lo del granero o del lagar?”
Y añadió el rey:
--¿Qué tienes?
Ella respondió:
--Esta mujer me dijo: “Trae acá a tu hijo, nos lo comemos hoy y mañana comeremos al mío”.  Cocimos, pues, a mi hijo, y nos lo comimos. Al día siguiente yo le dije: “Trae acá a tu hijo para que nos lo comamos”. Pero ella ha escondido a su hijo. Cuando el rey oyó las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestidos, pasó por el muro y el pueblo vio las ropas ásperas que traía ceñidas a su cuerpo.  Y el rey exclamó: «Traiga Dios sobre mí el peor de los castigos, si la cabeza de Eliseo hijo de Safatl queda hoy sobre sus hombros».
Vemos aquí como una madre había dado a su hijo para comerlo por el hambre y la escasez que había, un rey desesperado ante toda esta aflicción.
Eliseo, dijo: “El Señor dice: ‘Mañana a estas horas, a la entrada de Samaria, se podrán comprar siete litros de harina por una sola moneda de plata, y también por una moneda de plata se podrán comprar quince litros de cebada.”
El profeta de Dios da una profecía, Eliseo que con un poco de harina quitó el veneno de una comida, que sustentó en tiempo de hambre, a quien Dios usaba con poder; quien asegura a la sunamita que tendrá un hijo y que resucita el hijo de esta mujer cuando perece. Eliseo había echo muchos milagros de parte de Dios. No era cualquier cosa. Era un profeta confiable.
Y sucede que el pueblo estaba en una situación tremenda, ¡Gloria al nombre de Jesús! ¡Samaria  estaba sitiada!
A veces el enemigo nos pon sitio también en algunas cosas de nuestras vidas.  Dios usa a Eliseo y predica que al segundo día habría comida bastante. De ochenta siclos baja a un dólar. Cuando empiezan a bajar los precios es porque empieza a haber abundancia, ¿cuántos lo creen?
¡Gloria a Dios! Cuando hay abundancia de arroz está a 3.50, si está escaso está a 10, 12 pesos cubanos.
Es decir que había una señal por la que empezar  creer que Eliseo no había profetizado algo incierto.
¡En el nombre de Jesús. Son tiempos de creerle a Dios!
¿Cuántos lo creen? Repitamos: Son tiempos de creerle a Dios.
“El ayudante personal del rey respondió al profeta:
–Aun si el Señor abriera ventanas en el cielo no podría suceder lo que has dicho.
Pero Eliseo contestó:
–Pues tú lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello.”
El príncipe un hombre capacitado, el brazo derecho del rey no creyó lo que Eliseo  había dicho. ¿Qué triste verdad, cuando una mujer o un hombre de Dios te habla y nada te da.
Piensas que todo es vanidad. Este príncipe no creyó al varón de Dios y la palabra de Dios verdaderamente  se cumplió. Dio la abundancia, los alimentos pero no los comió como había dicho el profeta pues dice que el rey lo puso a la puerta  para cuidar la puerta y cuando el pueblo se desenfrenó lo pisotearon y murió.
La duda es pecado, hermanos. Este hombre tuvo dudas.
Es lógico. En tiempo de tanta escasez no es fácil creer, pero el pueblo de Dios  siempre debe creerle a Dios. Son tiempos de creer en la palabra de Dios  amén. Pues este hombre, siendo inteligente pierde su fe por el sitio que tenía y el pueblo y deja de creer en la palabra.
“Mientras tanto, cuatro leprosos que estaban a la entrada de la ciudad se dijeron entre sí: – ¿Qué hacemos aquí sentados esperando la muerte?
Si nos decidimos a entrar en la ciudad, moriremos, pues hay una gran hambre allí dentro; y si nos quedamos aquí sentados, también moriremos. Pasémonos, pues, al campamento sirio; si nos perdonan la vida, viviremos; y si nos matan, de todos modos vamos a morir.
Así pues, se levantaron al anochecer y se dirigieron al campamento sirio; pero ya estando cerca de él, se dieron cuenta de que no había nadie.  Y es que el Señor había hecho que el ejército sirio oyera ruido de carros de combate, de caballería y de un gran ejército; los sirios pensaron entonces que el rey de Israel había contratado a los reyes hititas y a los reyes egipcios para que los atacaran.  Por eso se levantaron y huyeron al anochecer abandonando sus tiendas de campaña, sus caballos y sus asnos, y dejando el campamento tal como estaba, para escapar con vida.”
¿Cuántos creen que Dios hace cosas inmensas?
Son tiempos de creer a la palabra. Hay personas que creen en Dios, pero no creen en la palabra. Vamos a creer lo que dice la palabra ¡Gloria en el nombre de Jesús!
“Al llegar los leprosos a los alrededores del campamento penetraron en una tienda y se pusieron a comer y beber; se apoderaron de plata, oro y ropa, y se fueron y lo escondieron. Después volvieron y entraron en otra tienda, y también de allí tomaron cosas y fueron a esconderlas. 9 Pero luego dijeron entre sí:
–No estamos haciendo bien. Hoy es día de llevar buenas noticias y nosotros nos las estamos callando. Si esperamos hasta la mañana, nos considerarán culpables. Es mejor que vayamos al palacio y demos aviso.”
Si no vamos a dar las buenas nuevas de las provisiones que encontramos, mañana caerá sobre nosotros una maldición. Me gusta esto  de los leprosos, comieron, saciáronse pero se acordaron de quienes tenían hambre, verdad?
Fueron entonces y llamaron a los centinelas de la ciudad, y les dijeron:
–Hemos ido al campamento sirio y no había absolutamente nadie; ni siquiera se oía hablar a nadie. Solo estaban los caballos y los asnos atados, y las tiendas de campaña tal como las instalaron.
Los que vigilaban la entrada de la ciudad llamaron en seguida a los de palacio. Entonces se levantó el rey, y, aunque aún era de noche, dijo a sus oficiales:
–Voy a explicaros lo que tratan de hacernos los sirios. Como saben que estamos padeciendo hambre, han salido del campamento y se han escondido en el campo, pensando que, cuando nosotros salgamos de la ciudad, nos atraparán vivos y entrarán en ella.
Pero uno de sus oficiales dijo:
–Enviemos unos hombres con cinco de los caballos que quedan, y veamos qué pasa. Si viven o si mueren, su situación no será mejor ni peor que la de los demás israelitas que quedamos aquí.
Así que tomaron dos carros con caballos, y el rey los mandó al campamento sirio con órdenes de inspeccionarlo. Ellos siguieron el rastro de los sirios hasta el Jordán, y vieron que todo el camino estaba lleno de ropas y objetos que los sirios habían arrojado con las prisas por escapar. Luego regresaron los enviados del rey y le contaron lo que habían visto.
En seguida la gente salió y saqueó el campamento sirio. Y, conforme a lo anunciado por el Señor, la harina se vendió a razón de siete litros por una moneda de plata, y la cebada a razón de quince litros por una moneda de plata.
El rey ordenó a su ayudante personal que se encargara de cuidar la entrada de la ciudad, pero la gente lo atropelló en la puerta, y murió, conforme a lo que había dicho el profeta cuando el rey fue a verle.
Ocurrió, pues, lo que el profeta había anunciado al rey cuando le dijo que a la entrada de Samaria se comprarían siete litros de harina o quince litros de cebada por una sola moneda de plata. El oficial había respondido al profeta que, aun si el Señor abriera ventanas en el cielo, no podría suceder tal cosa. Eliseo, por su parte, le había contestado que lo vería con sus propios ojos, pero no comería de ello. En efecto, así sucedió, porque la gente lo atropelló a la entrada de la ciudad, y murió.”
Mientras preparaba este mensaje yo me ponía en el lugar del rey que estaba sitiado, sin comida, comiéndose unos a otros. No era fácil creer que iba a ver alimento. Si nosotros para sustentar una casa con dos o tres miembros en la familia nos vemos apretados con la grasa, a veces el hombre con el dinero, verdad? Pues dígame usted un rey para mantener a todos sus súbditos. ¡Terrible!
El rey, incrédulo, pierde su confianza en el poder de la palabra y apoderado de la  duda mandó a investigar.
-¿Podrías ir a la placita a averiguar si han venido plátanos, porque a mí me lo dijo una vecina, pero  yo no los veo hace tantos?
Y el rey mandó entonces a ver.
¡Gloria en el nombre de Jesús! No creía en la profecía de Eliseo, en la noticia de los leprosos. ¡Qué problema, el rey estaba incrédulo en todo!
-¿Quién vive?
- Cristo.
Y los siervos fueron a explorar. A veces nos pasa eso, la fatiga de la cocina nos ciega  de las bendiciones de Dios. A veces las bendiciones de Dios están aquí y el enemigo nos tapa.
una vez me dije: -No tengo nada que cocinar hoy. El enemigo había cerrado mis ojos. Había provisiones en mi refrigerador pero yo no las veía.
Eso puede pasar. Cuando la preocupación nos ataca perdemos la confianza en Dios. Nos puede pasar que el enemigo nos ciega, la vanidad está arriba del viandero y no lo vemos.
¡Alabamos y glorificamos el nombre de Jesús. Son tiempos de confiar en la palabra de Dios!
El pueblo salió, saqueó, comió, se llevó. ¿Qué pasó con la palabra de Dios? ¿Se cumplió o no? ¿Cuántos creen que esta palabra se va a cumplir?
A veces nos es más fácil creer en los rumores de guerras y catástrofes. ¿Y por qué no vamos a creer igual que hay sanidad, provisiones, que Jehová es mi pastor, nada me faltará?
¿Por qué no vamos a creer en la palabra de Dios?
Esta noche, hombre que buscas las provisiones para tu hogar, mujer que te vuelves una artista en la cocina, Dios tiene estas cosas para ti.
Confiemos como Eliseo. Cuánta confianza vamos a tener que tener en Dios para todo lo que vayamos a emprender. Tú que buscas las provisiones vas a tener que prenderte de Dios. Los que están guiados hermano por el espíritu de Dios vamos a encontrar provisiones.
¡Debemos creer en la palabra de Dios!
Dios quiere esta noche que no dudes.
Debemos tomar buenas decisiones como los leprosos.
Debemos consultar todo con el espíritu santo.
No desconfiar  de los profetas y hombres probados de Dios.
Diga: ¡Son tiempo de creer en la palabra de Dios!
Padre, mi Dios pues suplirá todo lo que me falte conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús; padre por nada voy a estar afanosa sino voy a poner mis peticiones delante de ti en oración, ruego y acción de gracias.
Padre, el pan nuestro de cada día dádnoslos hoy. Padre, Jehová es mi pastor, nada me faltará gracias Señor en el nombre de Jesús.  Amén.
Vamos a orar. Padre bueno que estás en los cielos te alabamos y bendecimos porque reconocemos que tú estás preparando a la iglesia para lo que venga. El pueblo de Dios tiene al Dios de poder, al Cristo de la gloria y al Espíritu Santo que nos enseña dónde están todas las cosas.
Gracias padre en el nombre de Jesús.
Eterno Dios mira todos los espíritus que quieren chupar nuestras provisiones, mira Señor estas manos que no sean abiertas para botar Señor, todo eso lo reprendemos y echamos fuera.
Declaramos padre, por tu palabra, abundancia. Declaro sobre este pueblo y sobre nosotras las mujeres, mujeres de victoria,  sabias, buenas administradoras, esforzadas y valientes. Que creen en la palabra de Dios. Padre, reposa tu bendición sobre cada mujer en esta noche. En el nombre de Jesús tres cosas padre: sabiduría, salud corporal, Señor, y economía.
Yo bendigo a tu pueblo Señor, con la bendición que tú proferiste en la cruz del calvario.
Allí tú te llevaste la escasez, la pobreza, las enfermedades, el pecado, todo. Ayúdanos padre. La provisión está, aumenta nuestra fe para extender nuestra mano, para crecer en sabiduría.
Sea cualquiera que sea la situación que enfrentemos somos más que vencedoras.
Los varones de Dios que se pongan de pie:
Padre tu lo constituiste cabeza, bendícelos más Señor, míralos a todos Señor, Padre, conforme a tu palabra, a todo lo que nos has enseñado, derrama Señor sabiduría sobre cada hombre. Ponle salud de hierro, fuerza de búfalo que cada hombre tenga también la economía necesaria para darle el frente como cabeza, a su hogar y su familia. En el nombre poderoso de Jesús bendícelos. Amén.

Por Adisbel
























Habla pronto

Por Dairel Fuentes
Líder del grupo juvenil evangelístico del templo Roca Fuerte, Iglesia Santidad Pentecostal de Bayamo, Cuba


“Así que Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora denuncia a todos los hombres en todos los lugares que se arrepientan.”
Hoy percibimos en el mundo, incluso en nuestra propia comunidad un incremento de la violencia, y la Biblia anuncia que en los últimos días crecería la maldad.
Hablan incluso de que el fin del mundo será en el 2010, pero tú y yo creemos que esto no será así, porque dice la Biblia que el fin del mundo vendrá como ladrón en la noche.
Muchas personas están atormentadas a causa de los frecuentes terremotos, pero Gloria a Dios que ni tú ni yo tenemos que temer a esto porque está escrito en la palabra.
Mateo 24 describe todas estas catástrofes que acontecen hoy día. Es lamentable saber que muchos están preocupados, ajenos a que existe una solución para esto y es creer en Jesuscristo.
El primer punto que quiero tratar con ustedes es ¿cuál es el mandato de Dios? En marcos 16:14- 18 dice:
“Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado.
Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.
Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas;
Tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.”
Cuantos dicen ¡Gloria a dios! Jesús mandó a sus discípulos a predicar su palabra. Id, esto significa mandato, orden de llevar las buenas nuevas de salvación de Jesucristo.
Me gozaba cuando el pastor decía que mañana sábado saldrían a evangelizar. ¡Gloria a dios! Eso es lo que nuestro Señor quiere, que prediquemos.
Dice en Lucas 10:13, algo muy importante para nosotros: “Yo los envío como a corderos en medio de lobos.”
Hay algo fundamental en esto hermanos, cuando salimos a predicar debemos prepararnos espiritualmente. Hay ocasiones en las que no nos preparamos y desconocemos lo que nos espera allá afuera.
¡Cuántos dicen Gloria a Dios!
Dice Jesús: “Yo los envío como a corderos en medio de lobos.” Si como cristianos no nos preparamos el enemigo nos taca y puede acabar con nosotros. Sin embargo cuando nos preparamos espiritualmente Dios nos respalda.
Dice la Biblia que los discípulos de Juan y los Fariseos estaban ayunando; y vinieron y dijeron a Jesús:
"¿Por qué ayunan los discípulos de Juan y los discípulos de los Fariseos, pero tus discípulos no ayunan?"
Mas Jesús respondía que vendrían días en que él les fuera arrebatado y entonces sí ayunarían.
Como creyentes y cristianos debemos prepararnos en el ayuno. Es importante. ¡Cuantos dicen Gloria a Dios!
Admiro mucho un mensaje de Pablo en Timoteo 4:2:
“Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.”
Si estás en tu trabajo, en la escuela, parada el ómnibus, donde quiera que estés, envía la palabra de Dios. En ocasiones sentimos pena, temor, pero “Dios no nos ha dado espíritu cobardía, sino de poder, amor y de dominio propio.”
¡Cuántos dan un aplauso a Jesucristo!
A veces creemos que porque seamos del grupo de alabanza, no tenemos que predicar y el error más grande es creer que esa misión solo le corresponde a evangelismo. Todos tenemos que predicar, diáconos, maestros, quien sea. ¡Gloria a Dios! Para eso estamos llamados.
El segundo punto que quiero tratar con ustedes es ¿cuál es el resultado?
Dice la Biblia que cuando predicamos Dios nos respalda con señales. En Lucas 10:17: 20 relata en un pasaje como los setenta regresaron con gozo, diciendo: “Señor, hasta los demonios se nos sujetan en tu nombre.”
Yo me imagino el gozo cuando oraban por los enfermos y eran sanados. Dios nos respalda cuando predicamos la palabra y oramos por los enfermos.
¡Gloria a Dios!
Tenemos que creerla a Dios. Una cosa es creen en Dios y otra muy distinta creerle a Dios. ¿Cuántos dicen ¡Gloria a Dios!?
Porque creemos a Jesucristo.
Mire hermanos les voy a contar mi breve testimonio. Desde los cuatro meses de nacido era asmático crónico. Estuve 12 veces ingresado en terapia intensiva a punto de morir. Los médicos no me aseguraban la vida. Mi mamá me llevaba a los centros espirituales y desde que vine a Jesucristo -ya voy para 10 años en el evangelio-y mire lo que Dios ha hecho en mi vida.
¿Cómo ustedes creen que un asmático podría ser trompetista? Cuando un trompetita tiene que tener aire. Sin embargo, a Dios le plació sanarme y escogerme para que sirviera al señor con la trompeta. Ya tengo 23 años.
Así mismo como Dios hizo conmigo quiere también hacerlo con ustedes pero tenemos que creer a él. Hay un pasaje de Jesús en que dice:
“Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún
mayores, porque yo me voy al Padre.
Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea
glorificado en el Hijo.
Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré.”
¡Aleluya!
Esta última semana fuimos a predicar el Grupo Guerreros de Cristo al hospital provincial Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo. Gracias a Dios por ponerme frente a este grupo de jóvenes.
Al terminar queríamos ir a la morgue a resucitar a algún muerto, pero como estaba oscuro pues eran ya las 10 de la noche, nos percatamos de que no estaban trabajando. Sin embargo dijo uno del grupo, hermano vamos a enviar la palabra desde aquí mismo. ¿Cuántos dicen Gloria a Dios! Diría Jesús ¡No he hallado tanta fe en Israel pero en Bayamo! (risas).
Y tenemos que creer que Dios puede hacer estas cosas.
La Biblia narra cómo Pablo traía los paños de los enfermos, oraban y estos sanaban al tocarlos. Nosotros también creemos que podemos lograr estas cosas. No podemos entrar allí, pero ¡Gloria a Dios!, enviamos la palabra con fe, creyendo que Dios puede levantar a esos enfermos de allí.
Meses atrás habíamos ido al hospital nuevamente a predicar. Dios nos abrió puertas y predicamos a una joven que le habían sacado ocho litros de líquido del interior. Estaba grave en una sala de evacuación. Ahí ubican a las personas que son como un vegetal.
Ella y su madre aceptaron a Cristo, y oramos por ella. Al otro día cuando mi tía fue al hospital a verla, ya estaba caminado. Cuando volvimos a visitarla estaba en recuperación y cuando volvimos a visitarla ya estaba en su casa. ¿Cuántos dan gloria a Dios?
Tenemos un Dios poderoso. No privemos a la humanidad de él. Predica la palabra.

lunes, 28 de junio de 2010

Solo los prudentes entran (prédica del Pastor Cash Luna)

http://video.google.com/videoplay?docid=-7653359854257286588&hl=es#docid=-6793961703419043519javascript:void(0)

Lo que digas recibes

http://video.google.com/videoplay?docid=-7653359854257286588&hl=es#

jueves, 24 de junio de 2010

Libre de vieja levadura


“Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
II Corintios 5:17

Cierto día escuché a alguien cuestionarle jocosamente la forma en que alababa a Dios.
Su respuesta fue dulce y convincente: ‘Porque cada cual sabe de dónde él lo sacó; y a mí me rescató de la cárcel luego de 21 años.’
Sin embargo, solo después de escuchar a cabalidad su testimonio, comprendí por qué Eriberto Álvarez Remón (El Rubio), no cesa de alabar a Dios de forma desinhibida: a veces con cánticos, bailes, llantos o movimientos espontáneos. Lo cierto es que cuerpo y alma se funden armoniosamente para expresar ¡Gloria a Dios!
SENDAS DE MUERTE
“Me cursaban de grado sin tener el conocimiento. Era el recadero de los maestros. Pasaba los turnos callejeando”, confiesa Álvarez Remón.
En secundaria, la situación empeoró. Mientras el resto de sus compañeros adquiría habilidades en diferentes materias él no sabía leer ni escribir número o letra alguna. Su expresión carecía de concordancia y su vocabulario no se ajustaba a las exigencias del grado.
“Me comía la ‘guayaba’ (cubanismo usado para referir ausentismo), me iba para el río, La Vega, el Chapuzón, la manigua… incurría en altercados con alumnos, profesores, directivos del centro. Cuando vine a ver ya estaba en problemas con la justicia. Algunas personas hasta me pagaban para que me fajara con alguien. Algo que hacía si miramientos.
“Mi familia hacía dinero por vía ilegal. Me crié en ese ambiente, y crecí queriendo hacer lo que ellos.
“El afán por el dinero fácil me llevó a la droga y a otras faltas, inclusive a la violencia femenina. A los 19 años fui a prisión por matar a una persona.
“Fui sancionado a siete años de privación de libertad. A los seis meses me busqué un año y allí me empecé a complicar, a complicar y a complicar. En reiteradas ocasiones me celebraron juicio por una indisciplina u otra.”
Nadie podía contenerlo: ni policía, jefe de sector, presidente de CDR(Comité de Defensa de la Revolución), madre, padre, ejercían influencia sobre su personalidad.
Ni los ídolos a los cuales apostó su fe, ni los 14 padrinos que lo “amparaban” pusieron coto tempranamente a su temperamento y lo libraron de la oscuridad en que ellos mismos lo había adentrado.

                  EMBAJADORES 
                        DE CRISTO
“En prisión tuve varios encontronazos. Fueron 21 años y tres meses recorriendo cárceles: Camagüey, Las Tunas, Nuevitas, Santiago de Cuba, Manzanillo, San Ramón, todas las caminé de cordillera a cordillera.
“Me gozaba de esas cosas. Venía al tribunal y acababa con la propiedad social: mesas, ventiladores… toda indisciplina que cometía aumentaba mi penalidad y la de mi familia, que me dio un constante apoyo.
“A través de mi sobrino y su hermanita conocí la palabra de Dios. ‘Tío, Jesucristo te ama, Dios te ama. Dios quiere sacarte de aquí, acéptalo en tu corazón’, decían ellos siempre que me visitaban.
Nunca dije, ¡No me hablen de eso!; solo escuchaba en silencio, sin difamar de la palabra.
“Posteriormente mi hermana aceptó a Cristo como salvador. Ya eran tres miembros de mi familia en manos de Dios. Siempre oraban por mí, me traían casetes con textos bíblicos, compartían palabra conmigo, testimonios, y en una de esas ocasiones acepté a Cristo. Desde entonces el Señor comenzó a tratar conmigo.
“A los 15 días salí de libertad condicional, petición que me habían denegado siete veces, imagínese, demasiadas indisciplinas, lesiones, un muerto…-’una persona así de rebelde era preferible tenerla tras las rejas’-, se dirían en los tribunales.”
“Cierta noche sentí una voz que me susurró tres veces: ‘¿Hasta cuándo vas a estar preso?’ Yo sacaba la cabeza del mosquitero, adormecido y me decía, ¿Quién me habla? Ponía el ventilador, la grabadora, y volvía a escuchar la voz: ‘¿Hasta cuándo vas a estar preso? Me levanté y dije: ¡Hasta hoy!
“A la semana, mientras trabajaba en el pediátrico de Bayamo, capital de la sur oriental provincia cubana de Granma, me mandaron a buscar de la prisión.
“Confieso que tenía deseos de irme de la ciudad y ‘dejársela al guardia en la uña’, pero algo me aguantaba. Era Dios tratando conmigo.
“Cuando llegué me notificaron la libertad. Mi respuesta de júbilo fue un estridente ¡Gloria a Dios!
“Dios es maravilloso, me faltaban todavía como ocho años para salir. Conocí al señor de esa forma, desde entonces fue buscándolo en todo tiempo. “
DIOS DA LA VICTORIA
“Antes de salir en libertad, pedí al Señor un ministerio de fuego para predicar su palabra constantemente. Quería mostrar mi agradecimiento a Jehová por la salvación de mi alma y haberme perdonado tanto pecados. Buscaba a diario de su presencia. Deseaba llenarme de él cada vez más.
“El Señor me había revelado en sueños que mi ministerio sería evangelizar.”
Desde entonces- refiere Dairel Vega, líder del grupo evangelístico Guerreros de Cristo, de la Iglesia Santidad Pentecostal Roca Fuerte, de la Ciudad Monumento Nacional- no había lugar que no recorrieran hermanados por la palabra de Dios, llevando salvación a las personas, convenciendo a quienes dudaban y a otros, arrebatándolos del fuego.
Lo cierto es que en la cuadra no hay un vecino al cual no le ha llevado palabra de vida; y en hospitales, placitas, mercados y calles proclama a los cuatro vientos la bondad infinita de Jehová.
“En mis oraciones clamaba por una sierva. No cualquiera, sino la que Jehová destinara para mí. Recuerdo que al día siguiente de salir de prisión tocaba culto y me presenté. En la primera que me fijé fue en Clarisbel Borges Zamora (actualmente su esposa).
“Cinco hermanos, me habían confesado su interés por ella, incluso oraban en secreto.
“Coincidentemente yo y ella estábamos en el mismo ministerio, guerreando por el pueblo de Dios.
“Pero ya Dios me había revelado que era mía la victoria. Dios no le va a dar a cualquier hombre cualquier mujer y viceversa. Le entregará a uno la mujer que se merezca y la que Dios estime conveniente.”
“Hoy por hoy, fuera de Dios no soy nadie y sin Dios no soy nada. Llevo casi siete años y pico en los caminos. Tengo un ministerio de fuego para servirle a Dios; una esposa que hasta hoy ha sido de gran bendición, y gracias a Dios muchos de mi familia al ver mi testimonio se han convertido a Cristo.
Comentan quienes en ocasiones caminan con él por las calles predicando la palabra o camino a la iglesia que algunos integrantes del cuerpo de policías, conocedores de sus fechorías y de su mala fama, le dicen: ‘Rubio, no te alejes de los caminos de Dios, mantente ahí, que ahora sí sé que de verdad existe un Dios.’
Es posible que tú hayas incurrido en faltas similares, de menor o mayor grado de gravedad. Conoce que Dios no hace acepción de personas y que puede tener un trato especial contigo sin reparar en cuánto hayas errado.
Él tiene el poder para hacerte nueva criatura, para librarte de aquella vieja levadura y transformarte en una masa compacta y capaz de exhalar su propia fragancia. Solo déjate guiar por él y haz su voluntad. ‘Encomienda a Jehová tu camino; confía en él, y él hará.’
                               Texto y Fotos Anaisis Hidalgo Rodríguez

Datos personales

Mi foto
correo:anaisishr2006@yahoo.es
Plantilla original blogspot modificada por plantillas blog