Hoy quiero hablarles de la esperanza en Dios.
Si miramos nuestro alrededor vemos cómo las noticias revelan desesperanza por doquier a causa de catástrofes naturales, crisis económica mundial, restricciones laborales, crueldad, carencias, por citar algunas.
Si tú eres un hijo de Dios que está experimentando desesperanza en alguna área de tu vida: no crees conseguir ese empleo que buscas, te preocupa cómo llevar el sostén a tu familia, te preocupan los recortes de plantilla, has perdido la esperanza de encontrar una pareja, o que seas sanado de alguna enfermedad que has sufrido por años y ya hasta comienzas a aceptar esa idea que nos venden los médicos de “convivir con la enfermedad”…tengo una palabra de Dios para ti hoy. Dice Isaías 40:31.
“Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansan; caminarán, y no se fatigarán”
¿Cuántos creen que Jehová renueva nuestras fuerzas y que en él podemos descansar?
Yo no sé en quién tú has puesto tu confianza. Quizás todavía aquí sentado, diciendo ¡Aleluya! ¡Gloria a Dios! Pones tu esperanza en algún ídolo que te queda en tu hogar; quizás la pones en algún hermano de la congregación-ya eso es menos criticable-; en las medidas que adopte la máxima dirección del país….
Les voy a decir algo hermanos, la esperanza del cristiano parte de una realidad histórica: ¡La tumba vacía! ¡El Cristo resucitado! ¡Con esto la muerte fue vencida, nuestros problemas, carencias, limitaciones, enfermedades, fueron vencidos!
No es que no vayamos a enfrentar problemas, si alguien te dijo que la vida de un cristiano es fácil y que todo lo tenemos resuelto, te han mentido irremediablemente.
Dice su palabra que seremos probados mediante cambios drásticos, pruebas difíciles, oraciones no contestadas, incluso tragedias incomprensibles.
Dios nos prueba para conocer dónde está puesta nuestra esperanza y para que concienticemos mediante nuestras experiencias, en quién debemos de ponerla, en quién debemos confiar y esperar.
Yo te invito a que no mires las circunstancias. “Confía en Jehová. Encomienda a él tu camino; y él hará.”
Existe una gran diferencia entre el modo de enfrentar la vida de un Cristiano y aquellos que no lo son. Y es que nosotros descansamos y confiamos en Cristo. Nosotros confiamos y ponemos nuestras cargas en él. Nuestra esperanza está puesta en un varón de guerra, en un Dios Todopoderoso y fiel.
Les exhorto a que no apropiemos de la palabra escrita en Hebreos 12: 1-2
“Despojémonos de todo peso y el pecado que nos asedia y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante , puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual, por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio y se sentó a la diestra del trono de Dios.”
¿Cuántos creen que Dios lleva las cosas a una meta gloriosa? Amén. Dios les continúe bendiciendo.
Anaisis Hidalgo Rodríguez